NO DEJES QUE TU PASADO SEA TU FUTURO

 

Yo se que todavía no he alcanzado la meta;

Pero he decidido no fijarme en lo que queda atrás,

Sino que ahora me concentro en lo que me falta vivir.   Fil  3:13

 

          Muchas personas sienten que su pasado es como un fantasma que siempre regresa a visitarles.  Otros perciben que ese fantasma se ha quedad a vivir indefinidamente con ellos.  Sencillamente sienten y creen que el pasado no les abandona y se encuentran empantana- dos es esas experiencias que han ocurrido años atrás y no pueden salir.

           De hecho que hay argumentos que los lleva a pensar que eso es así.  La psicología afirma que las personas somos aquello que hemos heredado genéticamente de nuestras dos ramas, la paterna y la materna.  A eso hay que sumarle las experiencias primarias que hemos vivido en nuestra niñez; y también aquellas experiencias traumáticas que nos han dañado y afectado.

            Esas “heridas del alma o del corazón” son difíciles de curar.  Esas heridas del pasado forman parte de nuestra persona pero es una mochila pesada que llevamos.  Esas heridas han agitado sentimientos destructivos, negativos dentro de nosotros.   Esas heridas no nos dejan vivir en paz, en libertad pues nos condicionan en todos los pasos que debemos dar.

          Es ahí donde el pasado se confunde con el presente y se postula como candidato al futuro.   Es en esas experiencias donde comenzamos a perder la esperanza porque presentimos que siempre será igual, reviviremos las mismas experiencias, nunca podremos desprendernos de ellas.

           Lamentablemente no son pocas las personas que han pasado por abuso, violaciones, violencia, abandono, fracasos sentimentales o laborales y ello hay traído aparejado: Temor, inseguridad, fobias, baja autoestima, incapacidad de expresar los sentimientos, angustia, pesimismo, etc.   Cada vez que nos relacionamos con alguien, cada vez que tenemos que tomar una decisión todo eso estará presente perturbando nuestra existencia.

         

Hay una nueva alternativa con Dios.

           Humanamente lo que hemos descrito es así; pero en términos espirituales hay una alternativa que Dios nos propone:  “No se acuerden de las cosas pasadas no traigan a memoria las cosas antiguas.   Yo haré algo nuevo y pronto lo verán.  Abriré caminos en el desierto y fuentes de aguas en las zonas áridas”       Is 48:18-19

           Dios se ofrece a abrirnos caminos allí donde no vemos que rumbo tomar, allí donde hay confusión y no vemos salida.   Dios se ofrece a satisfacer nuestra sed a causa de esas experiencias que han secado nuestra vida.    Sí, Dios no quiere dejarnos abandonados a nuestras experiencias terribles.  Él está queriendo ofrecernos una esperanza para nuestro futuro.    Puede ser que podamos haber vivido momentos difíciles, pero de ello Dios quiere librarnos sanando esas heridas que todavía sangran.

          La condición que Dios pone es que no nos aferremos más al pasado.  El nos pide: No se acuerden…”    Es un acto de nuestra voluntad decidir no convivir más con el dolor.   Muchos se han abrasado al dolor y no lo sueltan, lo llevan por todos lados y hasta duermen con él.   Dios te pide que te desprendas de él, que no mantengas más un vínculo sentimental con tu pasado.

          Vivir abrazado del pasado impide el obrar de Dios.   Dios quiere hacer algo nuevo en tu vida  y para que eso suceda tú tienes que hacer un espacio en tu corazón, desplazando los recuerdos que te atan y dándole lugar al Señor.

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