El Chisme Va Creciendo


Contexto: Se trata de una vecina que escucha una “supuesta” pelea, luego se va y se lo cuenta a otra y esa a otra y esa a otra, transformándose en un verdadero chisme.

Personajes

El: Esposo
Ella: Esposa
Vecina 1 (En lo posible sin nombres, sólo el apelativo)
Vecina 2 (En lo posible sin nombres, sólo el apelativo)
Vecina 3 (En lo posible sin nombres, sólo el apelativo)

* Toda la actividad se realiza en un mismo cuadro escenográfico

Escena 1 (única)

El: Qué te parece si ensayamos ahora la obra teatral para la reunión especial de la iglesia.
Ella: Bueno, pero trata que salga lo más real posible.
El: Empezamos de la parte de los conflictos familiares.
Ella: Bueno yo empiezo... atento... luz, cámara, acción.

(En eso llega la vecina, pero no alcanza a golpear y se queda mirando por la ventana)

Ella: Así que otra vez llegando tarde.
El: Y qué, acaso tengo que pedir permiso para salir.
Ella: Por lo menos avísame... para algo que me tomes en cuenta.
El: Mira mejor cállate y vámonos a acostar.
Ella: ¿Que me acueste contigo en esas condiciones? Estás loco, mira estás hediondo, sucio y pasado de tragos y de otras cosas más.
El: Conque viendo cualidades, muy bien, acaso no te has visto en el espejo, te pusiste gorda, fea, idiota, vieja y sobre todo peluda.
Ella: Lávate esa boca con jabón antes de hablar así de tu santa esposa.
El: Me la lavo, pero voy a dejar un poquito para que te aproveches de lavarte los pies.
Ella: Eres un insolente maleducado.
El: Y tú una vieja.
Ella: Hediondo.
El: Fea.
Ella: Flojo.
El: Guatona.
Ella: Poco hombre.
El: Histérica.
Ella: Viejo verde.
El: Peluda.
Ella: Sabes no te aguanto más, ¡me voy a vivir con mi mamá!.
El: Ándate a vivir a la punta del cerro si quieres, pero te digo una cosa, si te vas de aquí, no vuelves más.
Ella: Y quien te dijo que me voy a ir, si yo voy a traer a mi mamá a vivir acá.
El: Esta si esta buena, apenas me la puedo contigo y encima me traes a mi suegra.
Ella: Mañana mismo la llamo.
El: Me importa un pito.
Ella: Mira, mejor cierra la boca, báñate y acuéstate.
El: No me digas qué hacer.
Ella: (Se va y le hace un desprecio)
El: (Espera un poco y dice...) Me voy a bañar y me acuesto.

(Cuando todo quedó solo la vecina pone cara de copuchenta y se va)
(Luego sale el matrimonio)

El: Te pasaste, te salió súper bien.
Ella: A ti igual... Dios quiera que esta obra sea de bendición.
El: Ojalá los hermanos puedan entender que estas son precisamente las formas en que un matrimonio no se debe tratar.
Ella: Espero en Dios que lo entiendan.
El: Oye hablando de suegra por qué no vamos a ver a tu mamá.
Ella: Bueno le va a gustar mucho vernos.
El: Vamos, en el camino compramos algo para llevar.
Ella: Bueno, vamos, mi amor.

(Se van)

(Casa de la primera vecina... entra de prisa y luego los respectivos saludos)

Vecina 1: Hola vecina, ¿cómo está?
Vecina 2: Bien, pero pase no se quede ahí... cuénteme a qué se debe su visita.
Vecina 1: Mire venía a pedirle prestada una tacita de azúcar.
Vecina 2: Ningún problema se la doy al tiro.
Vecina 1: Muchas gracias, pero antes quiero contarle algo... verá usted, no es por andar pelando pero sabe que vi al matrimonio evangélico de la esquina que estaban peleando.
Vecina 2: ¿Sí? Me parece una familia muy feliz.
Vecina 1: Mire no es por chismear, pero hace un rato vi que estaban peleando tupido y parejo. Él había llegado tarde y ella estaba muy enojada.
Vecina 2: Es típico de los hombres.
Vecina 1: Estaban póngale y póngale... él la trató de fea, gorda, idiota, vieja y lo peor de todo es que le dijo peluda.
Vecina 2: Entonces que le cuesta a esa mujer depilarse un poquito.
Vecina 1: No sé... pero es más, ella le dijo borracho, infeliz y poco hombre.
Vecina 2: Claro yo conozco hombres así.
Vecina 1: Si usted hubiera visto, fue algo espantoso, yo no hubiera querido escuchar nada, pero se me enganchó justo la falda frente a su ventana y vi todo, todo.
Vecina 2: Quien diría lo que escondían esos rotitos.
Vecina 1: Vecina no le cuente a nadie, que sea un secreto entre las 2.
Vecina 2: No se preocupe soy tumba, tumba.
Vecina 1: Bueno muchas gracias por el azúcar.
Vecina 2: No se preocupe, chao vecinita...

(Se va la vecina chismosa y queda la dueña de casa, que dice...)

Vecina 2: Qué increíble, justo a mí también se me terminó el azúcar voy a pedirle a mi otra vecina a ver si me presta un poquito.

(Casa segunda vecina)

Vecina 2: Hola vecinita.
Vecina 3: Hola vecina, pase, dígame en qué le puedo servir.
Vecina 2: Venía a pedirle una tacita de azúcar que me preste.
Vecina 3: Ningún problema.
Vecina 2: Gracias... pero antes quería contarle algo.
Vecina 3: Dígame, soy toda oídos.
Vecina 2: Mire, no es por pelar, pero sabe que el matrimonio evangélico de la esquina se agarró de las mechas.
Vecina 3: Yo sabía que algún día algo les iba a pasar, nada puede ser tan perfecto.
Vecina 2: Si viera cómo se trataron, ella lo insultó, le tiro unos platos por la cabeza, lo correteó a escobazos por la casa y cuántas otras cosas más.
Vecina 3: Mira tú, quien diría eso de la evangélica.
Vecina 2: Sí, y es más, él la agredió física, verbal y sicológicamente.
Vecina 3: No me digas.
Vecina 2: Sí te digo... la agarró de las mechas, la arrastró por toda la casa, le metió la cabeza a la taza del baño y le pegó 2 palmadas en el trasero y lo peor de todo es que le dijo peluda.
Vecina 3: Qué hombre más malvado.
Vecina 2: Realmente un descarado.
Vecina 3: Si no me lo cuentas tú no lo creería.
Vecina 2: Es lamentable pero es así, yo jamás te mentiría.
Vecina 3: Lo sé y es por eso que confío tanto en ti.
Vecina 2: Lo único que te voy a pedir es que no le cuentes a nadie.
Vecina 3: No te preocupes yo soy más callada que una foto, así que no te preocupes.
Vecina 2: Oye, y la taza de azúcar.
Vecina 3: Verdad, se me había olvidado.
Vecina 2: Es que con tanta conversa.
Vecina 3: Tienes razón... aquí esta.
Vecina 2: Muchas gracias.
Vecina 3: No hay de qué, y cuando quieras conversar de nuevo, mi casa es tu casa.
Vecina 2: Gracias... chao.
Vecina 3: Chao.


(Una vez que su amiga se va la llaman por teléfono y comienza una comunicación con un receptor ficticio)

Vecina 3: Haló.
Vecina 3: Hola, ¿cómo estas?... oye supiste la última.
Vecina 3: No es por pelar pero los evangélicos de la esquina se agarraron a puñete con tuti... hasta parece que uno fue a dar al hospital.
Vecina 3: ¿Cómo que no sabías?... si se escuchaban los gritos por toda la población... no viste la sangre...
Vecina 3: Mejor nos vemos en el centro de madres y ahí te cuento todo con lujo y detalle...
Vecina 3: Nos vemos... chao.

OFF: El chisme es semejante a una gran bola de nieve, que a medida que avanza más crece... entonces si es así, tengamos cuidado a dónde va a caer...

Santiago 3:3-6

"3He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. 4Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. 5Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!
6Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno."

 

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